Su viejo, un campeón con el Ciclón en el 87. Las lesiones y algunas cositas más no le dejan cumplir con su objetivo real.

• Por Gerardo Benítez Monges

Elías Antonio Zimnavoda es un pelotero joven, pero que ya tiene un interesante recorrido en el fútbol, buscando su consolidación. Lastimosamente las frecuentes lesiones, como así también la escasa fortuna a la hora de emprender un desafío, le vienen frenando su ilusión de surgir detrás de la pelota.

Es que Elías, de oficio delantero y goleador, tiene una promesa a cumplir y es ser futbolista profesional, como lo fue su padre Osvaldo Zimnavoda, campeón con Cerro Porteño en el año 1987.

“Mi sueño es llegar a ser como mi papá, pero me faltó más suerte; lo que sí puedo decir es que sigo jugando gracias al apoyo de mi papá. Las constantes lesiones, en el tobillo, los desgarros, los estirones, siempre hacían que me pare cuando empezaba a jugar”, dijo el jugador a Crónica.

“Yo le prometí ser futbolista, aún estoy con esa ilusión de seguir jugando”, agregó el futbolista que ahorita no cuenta con club alguno, pues en julio de este año retornó a nuestro país proveniente de Venezuela, donde jugó un par de meses en el Zulia de ese país, aunque se cortaron los sueños por diferencias que surgieron entre su representante y los directivos del club venezolano.

“Si no era por las palabras de mi papá, por sus consejos, no iba a estar con esta esperanza”, indicó en otro momento.

“Estoy pract icando de manera particular, pero soy consciente de que me falta ritmo de competencia; es que vine de Venezuela en julio, cuando todos los libros de pases se cerraron, quedé colgado, pero, como digo, sigo practicando solo y con el sueño de empezar el próximo año en algún club de la Intermedia”, relató.

Firmó por el Trico y oky otras ofertas

Nacional fue su primer club en Primera División, justo en el 2014, año que el Trico disputó hasta la final la Copa Libertadores de América.

Antes de llegar a la “Academia” estuvo chutando en Cerro Porteño de Presidente Franco, donde con 17 años de edad se consagró goleador de la categoría. “Ni bien firmé por Nacional y aparecieron clubes como Olimpia, Cerro Porteño, Guaraní y Libertad interesándose en mí. Recuerdo incluso que el señor Trovatto vino a mi casa para hablar conmigo, pero ya había acordado con Nacional”, contó.

“Nunca jugué la Copa, pero llegué a estar en la banca de suplentes.

Recuerdo que formé parte del plantel que fue a hacer su pretemporada en Ciudad del Este”, contó el juvenil pelotero.

“Estoy trabajando con un amigo, salvando la sitú”

Y mientras se da la espera para retornar con todo al fútbol, Elías está laburando para salvar el puchero. “Estoy trabajando con un amigo, dueño de una empresa de venta de productos balanceados. Trabajo de chofer y así vamos alternando el trabajo. Viajamos por el interior llevando los productos, regularmente los días martes, miércoles y viernes hay mucho trabajo”, contó.

Dijo que gracias a su amigo está pudiendo sobrellevar los costos que demanda la vida, pues reconoció que sin un ingreso el tema está que arde. “Así como se dice, con este trabajo estoy salvando la situación”, le bajó.

Este año militó en el Zulia de Venezuela, pero volvió al país

Cuando salió de Nacional, Zimnavoda chutó en varios clubes de ligas villetana y capiateña, hasta que rumbeó hacia Venezuela, donde se enroló al Zulia de ese país. “En principio me costó adaptarme, por la pandemia y esas cosas, pero luego me fue bien, jugué todos los partidos durante tres meses y marqué varios goles, pero luego mi empresario tuvo diferencias con los dirigentes del club y me dijo que íbamos a retornar al Paraguay. Volví en julio, cuando el libro de pases estaba todo cerrado, por lo que quedé prácticamente colgado”, recordó. Lo que sí es cierto que Elías se tiene una fe tremenda en que el año próximo puede cumplir su sueño de chutar y cumplir su promesa a su papá.