• PAREJO. El empate dejó con un sabor un poco más agradable a Olimpia, pero Nacional demostró que pueda dar el golpe. Bareiro y González los goles

NOCHE COPERA. La Copa Sudamericana los llamó y ellos cumplieron. Nacional y Olimpia prometían muchas emociones en la previa y podríamos decir que llenaron las expectativas, especialmente por lo que mostraron en la primera parte, donde se vivieron las emociones más fuertes del encuentro.

El que golpeó primero fue el elenco tricolor, que no se inmutó por el escenario desfavorable en cuanto a público y rompió el marcador.

La pelota parada, siempre vigente en los equipos del “Tiburón” Torres, fue la fórmula del éxito. Centro peligroso de Juan Salgueiro para que Adam Bareiro aproveche la duda defensiva y defina con gran acrobacia.

El Decano acusó el golpe y respondió al toque. De un lateral largo de Otálvaro, pescó Néstor Camacho una pelota sobre la línea de fondo y la volvió a meter al área para que Wálter González haga el resto. Gambeteó, dejó a uno en el camino y fusiló de zurda al portero Rojas.

La unión entre los refuerzos le daba alivio al Franjeado. Y encima, está el plus del gol de visitante, que puede desnivelar la balanza en la revancha.

Ese era el momento de Olimpia, que tuvo su mejor versión cuando Camacho entró en sintonía, pero no lo aprovechó del todo.

En la complementaria se estudiaron más y la especulación estaba latente en ambos bandos.

Además, el cambio táctico de Éver Almeida le quitó peligrosidad a la visita. Pero claro está, el negocio estaba cerrando y encima igual tenía chances.

Guapeadas de Camacho, una de Roque y otro remate de Salgueiro pintaron un poco más la etapa final.

Pero todo queda para la vuelta. El Decano parece mejor perfilado, pero esa sensación puede ser de doble filo.

SANDRO RICCI

El rapai cumplió y dejó jugar mucho. Estuvo cerca de las jugadas y no se le escapó el partido.

NÉSTOR CAMACHO

Por más que no tuvo la suerte de marcar, fue el más peligroso en todo el partido. Mostró su magia y olfato ofensivo.