Un empate y a semifinales. El Manchester City tuvo que sudar como nunca para dejar en el camino al Atlético de Madrid, con el que empató sin goles en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions League. El equipo de Pep Guardiola hizo valer su precio en oro el 1-0 logrado en la ida para instalarse en semifinales, donde enfrentará nada menos que al Real Madrid.

El partido en el Wanda Metropolitano de los atléticos fue nuevamente un calco de lo que fue el choque de ida, con el City tomando la posesión de la pelota aunque con jugadas poco vistosas. Apenas una acción de Ilkay Gündogan, que estrelló una pelota al palo, fue lo más emotivo.

El «Cholo» Simeone jugó a su estrategia. Cortar el circuito del cuadro «pirata» y luego poner toda la carne en el asador en el segundo tiempo, al mandar a la cancha a todos sus peloteros ofensivos, incluyendo a Luis Suárez y Ángel Correa, para tentar la heroica. Y estuvo a punto de conseguirlo, sobretodo en los tramos finales, donde dispuso al menos de tres ocasiones para forzar la prórroga.

Sin embargo, la falta de puntería conspiró en contra y el arquero Ederson también se lució en un par de pelotas. Literalmente, el City terminó pidiendo la hora para zafar y lograr una más que  sacrificada clasificación. Ahora le espera el Real Madrid, «el Rey de la competición» como lo calificó el mismo Guardiola, al final del partido.