POR OSCAR PATIÑO RIVEROS
Siempre quiso ser futbolista, se inició en las inferiores de Cerro Porteño, pasó por Nacional, viajó muy joven a Europa, un durísimo acontecimiento familiar lo obligó a abandonar el sueño europeo. Al regresar militó en varios clubes de Primera División, Intermedia, Primera B y clubes de Ligas Regionales. A inicio de este año hizo una gran pretemporada en Resistencia, quería hacer una gran campaña para volver a tener posibilidades de jugar en Primera en la segunda mitad de la temporada o el próximo año; sin embargo, el covid-19 lo dejó sin trabajo.
Pero lejos de bajar los brazos, en un abrir y cerrar de ojos inició un emprendimiento que hoy día es su principal fuente de ingreso; lava autos a domicilio. Esta es la historia de Fernando Ramón Martínez Zaracho y Crónica te lo cuenta en detalles.
“La pandemia me dejó sin trabajo, yo me había puesto una meta, hacer una gran campaña en Resistencia para tener chances de volver a jugar en Primera División, pero todo eso quedó en la nada porque todavía no sabemos si el torneo de la Intermedia se va a jugar y ya estamos a mitad de año”, dijo el atleta.
Sobre su emprendimiento explicó. “Cuando estaba en Cerro Porteño yo le lavaba los autos a los jugadores, desde aquel momento siempre quise tener un lavadero. Después pasó el tiempo y me centré en mi carrera; hasta que ahora el covid-19 me obligó a buscar una alternativa laboral, fue así que hace unos meses comencé a lavar autos a domicilio. Algunos de mis clientes son Nildo Viera, Alfredo Aguilar, Diego Viera; además de mucha otra gente que nada tiene que ver con el fútbol. La verdad me va muy bien, excepto los días de lluvia, cuando llueve es un día perdido para mí”.
Fernando no tiene problemas en hacer cualquier tipo de trabajo, para él lo más importante es su familia, su esposa Diana Cabral y su pequeño hijo Gael Alexandro •
La muerte de su madre fue un “golpazo” que le costó superar
Esther Zaracho tenía solo 52 años cuando el cáncer se la llevó, para el atleta de Resistencia fue un golpe muy difícil de superar, es más, confesó que cayó en depresión y dejó de jugar por un buen tiempo.
“La muerte de mi madre fue un golpe muy duro para mí y para toda la familia, a mi me afectó; caí en depresión y estuve parado, dejé de jugar por más de seis meses. Héctor Blanco, que en ese entonces trabajaba con Pedro Aldave, mucho me habló para que no deje el fútbol.
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